Opinión / Noticias
Hubo un tiempo cuando quienes «andaban metidos en una vaina» tenían un papelito atesorado en un rincón de su cartera. De ese papelito tenían copia novias, hermanos, hermanas, madres. El papelito era como un botón de alarma.
Era el tiempo de asesinatos, desapariciones, torturas, persecuciones a las y los cabeza caliente. En el papelito había un número telefónico. «Esta tarde voy a una reunión, nos vemos a las 7 en la entrada del cine»; «regreso el lunes»; «mañana voy de viaje, al llegar te llamo, a eso de las 8″… Entonces se finalizaba con una advertencia «si no llego, si no regreso, si no llamo… llama al número que te anoté en el papelito»
Era el número de teléfono para contactar a José Vicente, el protector, defensor de las y los ñangaras de aquel tiempo.
Xavier Sarabia Mariche