Opinión / Noticias
Foto: Referencial
Vamos a estar claros, El País de España no es hoy lo que fue en sus días de gloria, pero ni de lejos. Desde que se convirtió en un diario rehén de grandes corporaciones y fondos buitres transnacionales, se ha especializado en hacer una especie de periodismo más cercano al sicariato que al diarismo en el que se privilegia la veracidad. No es casualidad que algunas de las empresas accionistas del periódico citado tengan tentáculos tan largos como para cruzar el Atlántico y tener participación en Caracol Radio, Santillana y el equipo de fútbol Millonarios en Colombia.
Para ese publicación sujeta a los intereses del capital financiero no existen violaciones de los derechos humanos, por ejemplo en Colombia o en Brasil, como parte de una cruel política de Estado. Tampoco hay nada inmoral en el hecho de que España surta de armas a Arabia Saudita para que ese reino extremista y medieval mate inocentes de todas las edades en Yemen. Que en España metan preso a un rapero irreverente y que tras esto la lista de aristas enviados a la cárcel llegue a rozar la veintena tampoco es digno de un titular.
Por eso no sorprende una nota de la semana pasada, escrita luego de la rueda de prensa que brindó el Presidente Maduro desde el Palacio de Miraflores. Noticias las hubo y es más, muchas relacionadas con el contradictorio comportamiento del gobierno Pedro Sánchez, quien a pesar de definirse “socialista”, protege a un terrorista confeso de extrema derecha y calla ante la responsabilidad de su embajada en Caracas en el apoyo de toda clase de planes para atentar contra la estabilidad de nuestra nación.
Pero volvamos al titular de El País del pasado jueves 18 de febrero: “Maduro anuncia vacunas para los sanitarios y el aparato chavista”. Puro veneno. Y la nota es peor. Claro. El diario citado no aclara que quien la escribe disfrazado (no por carnaval) de reportero es del clan Guaidó, exjefe de prensa o algo así de María Corina Machado y defensor de la tenebrosa obra de Rómulo Betancourt.
Patriotismo no se le puede pedir a quien prefiere mentir a cambio de divisas provenientes de los centros de poder que llevan más de dos décadas tratando de acabar con la Revolución Bolivariana.
Alfredo Carquez Saavedra