Noticias

18.Ene.2021 / 11:19 am / Haga un comentario

Foto: Referencial

Jimmy López Morillo

Desde mediados de diciembre comenzó a circular la información del financiamiento del enclenque Reino Unido a varios medios de comunicación y organizaciones de nuestro país, con la nada oculta finalidad de contribuir al derrocamiento del presidente legítimo y constitucional de la República, Nicolás Maduro Moros y exterminar, literalmente –porque ese siempre ha sido su fin– a la Revolución Bolivariana.

Las muy altas sumas de euros entregadas por el otrora imperio inglés –ahora postrado de rodillas ante la que fuera su colonia, Estados Unidos–, tienen como objetivo que los “beneficiarios”, en el caso de los medios de comunicación, generen matrices de opinión falseando noticias, tergiversando, manipulando, omitiendo informaciones, siempre en función de sus intereses conspirativos.

Entre esos medios están Efecto Cocuyo, El Pitazo, Caraota Digital y Radio Fe y Alegría, de acuerdo con lo que pudo conocerse a través de distintas versiones muy calificadas y nunca desmentidas sobre el mismo tema, desde los cuales se dispara permanentemente no solo en contra del Gobierno nacional, sino también del pueblo venezolano, bajo las aviesas intenciones de que finalmente la nación en la cual tienen asiento se convierta en una neocolonia manejada por  los genocidas de Washington, desde donde se ocuparían de expoliar las inmensas riquezas de nuestro territorio, tal y como lo hacían en tiempos no tan lejanos de la IV República.

Para tan ruin objetivo también recibió su nada despreciable tajada el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, un organismo creado hace 75 años –los cumplirá el 11 de marzo– por un ilustre grupo de periodistas, gremialistas de alta factura con la misión de defender los intereses de sus agremiados frente a los atropellos que con total impunidad cometían los patronos, pero que desde hace algunos años ha pasado a ser dirigido por un grupo de fascinerosos, los indignos integrantes de juntas directivas que han traicionado la razón de ser de la organización para colocarla al servicio de aquellos a quienes debería combatir.

El SNTP, valga el paréntesis, cayó en manos de la ignominia, de dirigentes de muy baja ralea, carentes de principios y convicciones gremiales, mucho menos de amor patrio, quienes de una manera contranatura se han aliado con los dueños de los medios de comunicación, la burguesía nacional y transnacional, cuyo único objetivo es apoderarse del poder político desde el cual hicieron cuanto les vino en gana hasta hace apenas un par de décadas.

Atrás quedaron las luchas por las reivindicaciones laborales de sus afiliados, pero no ha de estar lejos el día en el cual lo rescatemos para devolverle su rol clasista y combativo para el cual fue concebido.

Ominosos silencios

La revelación de un hecho tan grave como el mencionado, el descarado financiamiento de medios, organizaciones gremiales y otros entes para prepararle el terreno a los planes sediciosos destinados a apoderarse de las riquezas de un Estado soberano, libre e independiente de cualquier vasallaje, como el nuestro, fue asumido con absoluta indiferencia en algunos organismos multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas –ni hablar del Ministerio de Colonias estadounidense, el cadáver insepulto de la OEA–, donde pese a la firme denuncia de la representación venezolana no hubo un contundente pronunciamiento, aun a pesar de tratarse de un acto intolerable de injerencia de una nación en los asuntos internos de otra. Bueno, a decir verdad, ya estos ominosos silencios no deberían extrañarnos, al fin y al cabo, este organismo tiene como Alta Comisionada para los Derechos Humanos a la impresentable señora Michelle Bachelett.

Sin embargo, aunque ya no nos sorprendan las actitudes sumisas al imperio estadounidense y sus gobernantes lacayos de esta organización, más allá de la doble moral a la cual nos tienen acostumbrados, uno pudiera esperar que al menos para disimular trataran de guardar en algo las formas.

Pero no, eso es mucho pedir, la ONU, por el contrario, se apareció desde la otra orilla pegando lecos, criticando al gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros, por supuestamente atropellar a algunos medios, cobrándoles lo que adeudan por impuestos o impidiéndole funcionar de manera ilegal, sin contar con la permisología necesaria y obligatoria, a la televisora que funge como propagadora de los mensajes del grupo terrorista Voluntad Popular.

Mantienen un impúdico y escandaloso silencio cuando Venezuela es agredida una y otra vez desde todos los flancos por quienes quieren arrebatarle su soberanía, pero como viudas plañideras salen a clamar por los derechos de quienes por un lado incumplen con obligaciones tan domésticas o comunes en cualquier parte como las de cancelar sus deudas tributarias o de aquellos que hacen uso ilegal del espectro radioeléctrico.

Es la misma doble moral con la cual voltean hacia otro lado cuando aquellos que desde hace un par de siglos se asumen como dueños del planeta, invaden naciones, asesinan, masacran a millones de inocentes o pretenden imponer a gobernantes títeres atados a sus suelas en países decididos irrevocablemente a ser libres, independientes y soberanos como Venezuela.

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación. Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos. Si quiere expresar alguna queja, denuncia, solicitud de ayuda u otro tema de índole general por favor envíe un correo a contacto@psuv.org.ve