Opinión / Noticias / Rodrigo Cabezas
La decisión tomada por el pueblo argentino, al elegir al que será su Presidente para el nuevo período constitucional, la asumimos como un acto soberano que solo involucra democráticamente a los ciudadanos y ciudadanas de esa nación hermana y por tanto, debe ser respetada.
La declaración del presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, refiriéndose a la República Bolivariana de Venezuela, a su Estado y a sus Autoridades legales y legítimas, son reprochables y lamentables, ya que significan un acto de injerencia interna en las elecciones parlamentarias de Venezuela, al amenazar con apelar a la aplicación de la Carta Democrática para expulsar a Venezuela del Mercosur, en conocimiento de que esta propuesta es inaplicable por carecer de veracidad y consenso, veracidad porque en Venezuela existe una clara democracia participativa, protagónica y garante de los Derechos Humanos y carece de consenso porque el presidente Macri sabe que esa propuesta no lo tiene en el seno del Mercosur. Por lo que su postura se convierte de esta manera, en una declaración efectista y electorera que pretende beneficiar a la oposición Venezolana.
Es lastimoso que un Presidente Latinoamericano inicie un período gubernamental en franca oposición con el espíritu de unidad e integración que ha alcanzado nuestra América Latina y El Caribe en el siglo XXI. Instituciones como la CELAC, UNASUR, ALBA y MERCOSUR, son espacios para el encuentro político, solución de controversias pacíficamente y la cooperación complementaria y solidaria para alcanzar el desarrollo con un esfuerzo mancomunado; no le auguramos éxito en su plan divisionista.
Confiamos en que el pueblo de Argentina sabrá, con sentido histórico de la Patria Grande, preservar a esa gran nación en el concierto de la Unión Latinoamericana y Caribeña.
Deseamos para el hermano pueblo Argentino el mejor porvenir, independientemente de quién los gobierne.
¡Unidad, lucha, batalla y victoria!