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9.Ene.2014 / 11:41 am / Haga un comentario

Prensa PSUV.- Hoy se cumplen 55 años del nacimiento de Rigoberta Menchú, activista de los derechos humanos de Guatemala, de los campesinos e indígenas, y amiga de las causas de los pueblos del mundo.

Menchú nació el 9 de enero de 1959 en San Miguel Uspantán, ubicada en el departamento de El Quiché. Es hija de Vicente Menchú Pérez y Juana Tum Kótoja, dos personajes muy respetados en su comunidad. Según su autobiografía, su padre fue un campesino indígena activista en la defensa de las tierras y los derechos de su pueblo, y su madre era una indígena partera (tradición pasada de generación en generación, realizada por lo genral en zonas rurales donde no llegan los servicios médicos).

Desde muy pequeña conoció las injusticias, la discriminación y la explotación a la que son sometidos los indígenas de Guatemala que viven en la pobreza extrema.

A los cinco años, comenzó a trabajar en una finca de café en condiciones tan pésimas que fueron la causa de la muerte de hermanos y amigos suyos, así como de la represión de la que fue víctima su comunidad por parte de terratenientes y miembros del ejército de Guatemala.

Desde joven, se involucró en las luchas reivindicativas de los pueblos indígenas y campesinos lo que le valió persecución política y el exilio. En 1979, fue miembro fundadora del CUC (Comité de Unidad Campesina) y de la RUOG (Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca) de la que formó parte de su dirección hasta 1992.

La Guerra civil de Guatemala tuvo lugar entre 1962 y 1996, aunque la violencia estalló años antes.

El 31 de enero de 1980, su padre Vicente fue uno de las 37 personas entre las que se contaba el cónsul español Jaime Ruiz del Árbol que la Policía Nacional de Guatemala quemó vivas con fósforo blanco en la Masacre de la embajada española en la ciudad de Guatemala.

Varios miembros de su familia, incluida su madre, fueron torturados y asesinados por los militares o por la policía paralela de los «escuadrones de la muerte».

Mientras sus hermanos optaban por unirse a la guerrilla, Rigoberta Menchú inició una campaña pacífica de denuncia del régimen guatemalteco y de la sistemática violación de los derechos humanos de que eran objeto los campesinos indígenas, sin otra ideología que el cristianismo revolucionario de la «teología de la liberación»; ella misma personificaba el sufrimiento de su pueblo con notable dignidad e inteligencia, añadiéndole la dimensión de denunciar la situación de la mujer indígena en Hispanoamérica.

Para escapar a la represión, se exilió en México donde publicó su autobiografía en 1983, recorrió el mundo con su mensaje y consiguió ser escuchada en las Naciones Unidas. En 1988 regresó a Guatemala, protegida por su prestigio internacional para continuar denunciando las injusticias. En 1992 la labor de Rigoberta Menchú fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz, coincidiendo con la celebración oficial del quinto centenario del descubrimiento de América, a la que Menchú se había opuesto por ignorar las dimensiones trágicas que aquel hecho tuvo para los indios americanos. Su posición le permitió actuar como mediadora en el proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla iniciado en los años siguientes.

Rigoberta Menchú, fue y sigue siendo una gran amiga de Venezuela y de nuestra Revolución Bolivariana. En numerosas ocasiones acompañó al Comandante Chávez en diversos actos en nuestro país y más allá de nuestras fronteras.

En una entrevista concedida al periódico «Chávez Vive», editado por la Embajada de Venezuela en Nicaragua, la líder Gutemalteca expresó: El líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, mostró a través del proceso revolucionario que los pueblos de América Latina podían ser autónomos y dueños del desarrollo integral de sus naciones.

En este su nuevo aniversario de vida, desde el Partido Socialista de Venezuela, saludamos y rendimos tributo a esta Gigante de la América.

 

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