Opinión / Noticias
POR: Roy Daza
Rompiendo todos los pronósticos de las encuestas y en abierta confrontación con la campaña de la dictadura mediática globalizada, la izquierda ganó las elecciones en Francia.
Algunos analistas alineados con la derecha intentan minimizar un hecho –a todas luces singular- el Nuevo Frente Popular, integrado por Francia Insumisa, el Partido Comunista, los Verdes y el Partido Socialista, no solo detuvo el avance de la corriente fascista liderada por Marine Le Pen, sino que logró contrastar su programa popular con el programa de la derecha, tanto la que se agrupa en la coalición de Emmanuel Macron, como la de la ultraderecha.
El avance del neofascismo en las elecciones del Parlamento Europeo –el 9 de junio- generó una aguda crisis política. Macron disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones. En la primera vuelta ganó la extrema derecha, pero en la segunda vuelta la lista de candidatos a diputados
más votada fue la del Nuevo Frente Popular.
¿Por qué se produjo un giro tan fuerte en pocas semanas? ¿Por qué la ultraderecha llegó en tercer lugar y Macron segundo? La respuesta es clara, desde muy temprano la gente salió a votar, se habla de un 22 por ciento de incremento en la participación, y un dato clave en el análisis: en medio de una severa crisis política, las tendencias de la izquierda se pusieron de acuerdo en pocos días, y coincidieron en un programa de corte popular. Jean-Luc Mélenchon emplazó a Macron
a formar un gobierno de cohabitación.
Los poderes fácticos, económicos y mediáticos, buscan imponer una narrativa según la cual es inevitable el avance de la ultraderecha, las recientes elecciones en México, Inglaterra y Francia, revelan que el proyecto fascista, puede y debe ser derrotado.
¡Viva el Nuevo Frente Popular de Francia!