Opinión / Noticias

5.Jun.2024 / 09:50 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

Por: Geraldina Colotti

Freddy Fernández, embajador de Venezuela en Grecia, responde con convicción y competencia a las preguntas de los invitados -periodistas y activistas- que han acudido a escuchar el debate sobre las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el chavismo y todos los partidos de la izquierda aliados han hecho candidato nuevamente al presidente Nicolás Maduro. Estamos en Atenas, en la sede del Comité Griego de Solidaridad con Venezuela “Todos somos Venezuela”, coordinado por Vaguelis Gonatas.

Poeta, ensayista, analista de medios, Fernández, de sesenta y un años, es un marxista de larga trayectoria, militante desde la adolescencia en la juventud comunista. Ocupó diversos cargos durante la presidencia de Chávez y luego con Maduro, especialmente en el campo de la comunicación. Al final del debate nos concedió esta entrevista exclusiva.

Comunista y chavista. ¿Cómo se unieron las dos experiencias?

He sido militante toda mi vida. A los 12 años me uní a la juventud comunista por decisión propia, mi familia no hacía política. Siempre he pensado que el marxismo ofrecía las mejores herramientas para cambiar el mundo, haciéndolo mejor para todos. Cuando se produjo la rebelión cívico-militar de Hugo Chávez, el 4 de febrero de 1992, yo era un periodista desempleado que, junto a otros, intentaba difundir contenidos alternativos a los impuestos por las grandes empresas de comunicación. De mi educación marxista surgió la profunda desconfianza en el sector militar que, en ese momento, estaba bajo la tutela de Estados Unidos. Sin embargo, sabía que, desde los tiempos de Bolívar y la independencia, cuando los jefes militares eran una mezcla de diferentes sectores de clases, pero con preponderancia de la clase popular, nuestro ejército había mantenido una característica especial, en América Latina: sus orígenes provienen de las clases populares, no de la clase media y la oligarquía. Entonces, pronto nos quedó claro que se trataba de militares de izquierda. Hubo una primera confluencia con el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200. En ese momento los jóvenes comunistas intentábamos redimir el pensamiento de Bolívar, un pensamiento profundamente antiimperialista pero que, en manos de la burguesía, parecía alejado de la realidad.

Marx, sin embargo, no tenía una buena opinión de Bolívar. ¿Cuál fue su orientación?

La primera vez que me encontré con este problema tenía 16 años. Yo era dirigente estudiantil y también miembro de la Sociedad Bolivariana de mi instituto. Había una en todos los liceos, pero que un joven fuera parte de esta Sociedad era lo peor para su imagen, tan asfixiada estaba esa institución. De hecho, estábamos allí para dar impulso al pensamiento de Bolívar. En cuanto al texto de Marx “Bolívar y Ponte”, debemos preguntarnos en primer lugar si Marx era marxista cuando lo escribió. No lo es, no evalúa cómo era la lucha de clases en el continente, cómo era la estructura económica entonces, qué estaba pasando. Evidentemente, Marx tenía las herramientas fundamentales para comprender el capitalismo y sus contradicciones y la necesidad de luchar contra el sistema, pero no hay que olvidar que fue sobre todo un estudioso de Europa, más que un conocedor de las realidades de Asia, África y América Latina. Además, escribió esas líneas no como resultado de una investigación, sino por un trabajo sin importancia que realizó a cambio de una remuneración y basándose en artículos de prensa de la época que encontró en la biblioteca, que ciertamente no eran benévolos hacia el Libertador. Es como si hoy se estuviera investigando sobre el Presidente Maduro en un país europeo, basándose en artículos de prensa que ciertamente no ofrecen una imagen real de nuestro contexto y de su figura.

Y entonces, ¿cómo continuó su compromiso?

Cuando, en 1998, Chávez ganó las elecciones con el Movimiento Quinta República, ya se había iniciado un camino que nos obligó a todos a elegir un bando. Aquel proceso electoral debería investigarse más. Fue la primera vez que la derecha eliminó a todos los candidatos y unificó a todos los partidos del sistema en torno a la figura de Henrique Salas Römer, gobernador del estado Carabobo. La única promesa electoral de Chávez fue convocar una Asamblea Nacional Constituyente y refundar la república. Recuerdo que la derecha basó su campaña electoral en la denigración de esta idea de renovación constitucional, diciendo: con la constitución no se puede comer, con la constitución no se encuentra trabajo. Chávez, sin embargo, insistió en la necesidad de renovar la república para crear un sistema verdaderamente democrático y obtener una verdadera independencia nacional. Y, en ese objetivo, obtuvo la convergencia y el apoyo de un amplísimo espectro de venezolanos que apoyaron su candidatura, construyeron la victoria y desencadenaron esta experiencia de democracia popular hacia el socialismo que gobierna el país. Por mi parte, comencé a trabajar con la estructura de gobierno en el año 2000, en la oficina de promoción del organismo tributario, el Seniat, que tenía la necesidad de desarrollar una nueva forma de comunicación, diferente a los tiempos en que estaba al servicio del capitalismo. La experiencia más importante, sin embargo, tomó forma después del golpe de 2002.

¿Por qué?

Dirigí la oficina de comunicación de la Televisión Nacional, Venezolana de Televisión, durante dos años, y luego estuve mucho tiempo en la Agencia Venezolana de Noticias (Avn), y también a la vez fue viceministro de Comunicación durante tres años. Para entender la comunicación política de Venezuela hay que recordar que uno de los periodistas más cercanos a Chávez, Alfredo Peña, un hombre de gran peso en la prensa de la época, había convencido al comandante de que la mejor estrategia comunicacional era dejarla en manos de los medios de comunicación, de no tener comunicación política. Y durante un tiempo él lo escuchó, hasta que, con el golpe de 2002, en el que participaron todas las empresas de comunicación privadas, decidió prestar mayor atención a los medios estatales y también promover y facilitar la formación de medios alternativos. Peña fue uno de los primeros en traicionar a Chávez. Cuando era alcalde de Caracas envió a la policía a disparar contra los manifestantes en Puente Llaguno.

¿Qué momento atraviesa la revolución bolivariana desde su observatorio como poeta, comunista, periodista, diplomático?

La revolución saca mucha fuerza de la organización popular, dada la gran experiencia política acumulada. Esto le permite tener un pulso concreto sobre lo que está sucediendo. Por ejemplo, precisamente de este período de guerra económica tan dura, en el que la gente sólo podía pensar en sobrevivir individualmente sin preocuparse por sus vecinos, sus compañeros, surgieron redes comunitarias para cubrir las necesidades. Y esto no involucró sólo a los chavistas, sino también a la oposición que, en las comunidades, actuó con nosotros para resolver necesidades básicas como identificar dónde conseguir medicinas o intercambiar productos alimenticios. La solidaridad ha surgido como una medida para afrontar esta terrible guerra que nos han impuesto y que nos ha permitido avanzar incluso en las peores condiciones.

Según medios europeos, el chavismo está en minoría y la derecha tiene la victoria en el bolsillo. ¿Cómo navegar entre estadísticas y vídeos manipulados para reconocer cómo están las cosas?

Lauicom, la Universidad Internacional de la Comunicación, dirigida por la rectora Tania Díaz, tiene la tarea de multiplicar los ejercicios de evaluación de fotografías y videos, desmantelando las técnicas de manipulación para hacer que 50 personas parezcan 50.000. Recuerdo que en VTV, el entonces Ministro de Comunicación, Jesse Chacón, recomendó hacer una toma de todas las manifestaciones desde arriba, porque así era más fácil mostrar la realidad, mientras que encuadrándolas de frente se podía hacer creer que la participación era mayor. Lo que te puedo decir es que la revolución está presente en todas las comunidades del país, y tiene una amplia organización a través de muchas vías: comunitaria, juvenil, organizaciones partidistas, milicias populares, Clap. Una presencia real y viva en todo el país que, a través del poder popular, nos permite también determinar el comportamiento de los electores. Y, ciertamente, resultan bastante curiosas las estadísticas de la oposición, según las cuales ellos tienen el 80% de la intención de voto, algo que nunca se ha confirmado en elecciones anteriores. Nosotros también, obviamente, tenemos nuestras investigaciones que nos muestran los datos con mayor realismo y precisión y nos orientan en el trabajo a realizar, con conciencia y convicción, porque sabemos cuál es nuestro compromiso con el pueblo, porque somos del pueblo. Como denunció nuestro presidente, existe una censura precisa por parte de las grandes empresas de comunicación para oscurecer las movilizaciones chavistas, para hacer parecer que no tenemos apoyo, para desacreditar la victoria de Nicolás Maduro. Por eso, el comando de campaña del PSUV ha establecido que toda la militancia participe de la campaña en las redes sociales y viralice todas las imágenes de las actividades que hacemos y de todas las movilizaciones que quieren invisibilizar.

Los medios y la oposición ya hablan de una “transición” del chavismo hacia un gobierno de derecha. ¿Es este un plan para desconocer los resultados?

La oposición nunca ha reconocido una sola elección, desde 1998, la única vez que guardó silencio fue en 2015, cuando obtuvo la mayoría en el parlamento. La oposición y las instituciones internacionales, empezando por la Unión Europea, que participó en varios procesos electorales en Venezuela, saben que el nuestro es un sistema a prueba de fraude, y que a veces hemos perdido municipios por un voto, y lo reconocimos. Sin embargo, incluso si ganamos por un voto, defenderemos ese resultado.

¿Cómo le explicaría a un joven europeo que el proceso electoral en Venezuela es a prueba de fraude?

Los jóvenes, que están más familiarizados con los sistemas automatizados, tienen más probabilidades de comprender por qué es fiable. El primer elemento es que el sistema de votación es totalmente automatizado, electrónico, un voto que cuenta con todos los niveles de seguridad que hoy garantiza la tecnología digital. Además, para votar debes activar la máquina con tu huella dactilar, si no coincide no podrás votar. Y luego los votos que se recogen en un determinado centro de votación son contados por la máquina, no por una persona. La transmisión de votos no es manual, sino electrónica. Se trata de un software que comprueba cuántos votos hay y para quién, y transmite el recuento digitalmente. El sistema es auditado en todos sus aspectos, antes, durante y después de las elecciones. Los partidos de oposición participan en estas fases con sus técnicos profesionales. No sólo cualquiera puede ingresar a la página del Cne y consultar los resultados incluso de un pequeño municipio durante años, sino que cada solicitud de recuento manual, realizada a lo largo de los años por la oposición, siempre ha proporcionado una coincidencia exacta con los resultados emitidos.

Una primicia de la agencia Venezuela News mostró, a través de la voz de una periodista brasileña involucrada en el asunto, que Washington ha invertido ríos de dinero para apoyar la campaña electoral de la extrema derecha venezolana. ¿Qué consideraciones suscitó en usted esta noticia?

La oposición siempre ha contado con muchos recursos económicos, que le han abierto puertas a empresas periodísticas de todo el mundo y le han permitido comprar votos. Además, se trata de una oposición muy corrupta, que ha aprovechado la militancia para acumular fortunas personales. Recientemente ha salido a la luz una lista de periodistas en nómina no sólo de Estados Unidos, sino también de estos nuevos millonarios producidos por la militancia opositora. Incluso los políticos de Miami, anticubanos o antivenezolanos, se enriquecen de la misma manera. Una realidad que la izquierda de todos los países debe conocer. Para nosotros, para todos nosotros, empezando por el presidente, es válido lo que era cierto para Chávez: el orgullo por nuestro origen popular. Chávez estaba orgulloso del pequeño pueblo donde nació, no quería estar en otro lugar, en otro nivel. Era habitante de Sabaneta, un pueblo desconocido que había dado a conocer al mundo porque siempre hablaba de él con orgullo y amor. Y este es un recurso muy válido para quienes, como nosotros, queremos hacer del mundo un lugar mejor. En la película italiana “La gran belleza”, una monja anciana le dice a un periodista que va de fiesta de lujo en otra, que ella sólo come raíces, porque las raíces son importantes y no podemos olvidarlas.

El presidente Maduro rechazó el chantaje de la Unión Europea sobre el tema de la posibilidad de aliviar las “sanciones” a cambio de una apertura hacia la oposición. Como embajador en un país europeo, ¿qué opinas?

Como se vio con el conflicto en Ucrania y el genocidio en Palestina, la Unión Europea ya no tiene una política autónoma hacia los Estados Unidos y está perdiendo autoridad moral a nivel internacional. Esto también se aplica a la política antivenezolana que está imponiendo Estados Unidos.

Mientras tanto, somos testigos de un aumento de las violaciones del derecho internacional. ¿Cómo se contrarresta este hecho en Venezuela, país que sufre la imposición de medidas coercitivas unilaterales ilegales y que ha sufrido el secuestro y tortura de uno de sus diplomáticos, Alex Saab?

En nuestro parlamento se aprobó una ley contra el fascismo, lo cual es más necesario y valiente que nunca. Creo que Europa debería analizar a fondo lo que le sucede, revisar sus políticas, porque es realmente triste que los aliados del pueblo judío, víctima de un genocidio del nazifascismo europeo, son hoy los fascistas del mundo: lo que apoyan un genocidio contra un pueblo semítico por parte de un régimen racista, el de Israel, que practica el apartheid contra el pueblo palestino. El avance de la extrema derecha en Europa es muy preocupante para el mundo entero. Parece que se han olvidado las lecciones del siglo XX, de la primera y la segunda guerra, conocidas como guerras mundiales, pero que en realidad fueron conflictos predominantemente europeos. Y parece haberse olvidado que en el segundo conflicto no hubo sólo una guerra entre Estados, sino también una importante guerra popular, en la que participaron diversas fuerzas que, en Italia, Grecia, Yugoslavia, no sólo luchaban para derrotar al fascismo, sino también por mejores condiciones de vida, por un mundo mejor. Esta parte valiente de la identidad europea está hoy oculta por las reivindicaciones hegemónicas sobre el Sur y también sobre los pueblos de Europa.

En algunas batallas internas dentro de algunos partidos venezolanos se recurre a los tribunales. ¿Qué tienen que ver los jueces con estos conflictos políticos y qué está pasando con el Partido Comunista de Venezuela?

Hubo una dura batalla interna en el PCV, profundas diferencias que llevaron a la división en dos partidos. Personalmente, creo que sería útil volver a construir un lugar de encuentro, también porque la mayoría de los comunistas no están en ninguno de los dos partidos. En cuanto a la intervención del tribunal, hay que decir que, con la revolución, en el contexto de la defensa integral de los derechos, también se protege los derechos de los militantes de los partidos, si creen que han sido agraviados y no saben a quién recurrir. Luego pueden recurrir a un tribunal que puede actuar no sólo de acuerdo con la ley, sino también de acuerdo con el estatuto de ese partido en particular. No es la primera vez que esto sucede. Partidos como Tupamaros, Patria Para Todos, Acción democrática, Copei… y, recientemente, el Pcv han apelado ante los tribunales.

Existe un foco de tensión en el continente latinoamericano, provocado por la cuestión del Esequibo, el territorio en disputa entre Guyana y Venezuela, en el que las multinacionales estadounidenses están realizando perforaciones. ¿Qué opina de la acusación lanzada contra su país de tener una actitud imperialista hacia la pequeña Guyana?

Nuestra posición tiene una base histórica. Denunciamos la apropiación indebida de nuestro territorio por parte de Inglaterra desde hace más de 100 años. No existe constitución venezolana que, desde 1811, no establezca límites territoriales en el río Esequibo. Por el contrario, las reclamaciones de Inglaterra se basan en un laudo arbitral fraudulento que hemos denunciado sistemáticamente como nulo, írrito e ilegal. Por ello, Londres aceptó el Acuerdo de Ginebra que, en 1966, estableció la existencia de una disputa territorial que debe resolverse mediante un acuerdo que reporte beneficio mutuo a las dos partes, y que también fue reconocido por Guyana. Y nos basamos en eso y no apoyaremos la apropiación indebida de nuestro territorio por parte de Inglaterra, cuyo colonialismo tiene mucho que ver con lo que está pasando en Palestina, con lo que pasó con las Malvinas, con el robo a Grecia de los mármoles del Partenón y también con el de nuestro oro, todavía incautado en los bancos ingleses.

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación. Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos. Si quiere expresar alguna queja, denuncia, solicitud de ayuda u otro tema de índole general por favor envíe un correo a contacto@psuv.org.ve