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El presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, exteriorizó su satisfacción y alegría ante la inminente beatificación del Siervo de Dios, José Gregorio Hernández, en ceremonia prevista para el 30 de abril en Caracas, y agradeció al sumo pontífice de la Iglesia católica, Papa Francisco, por haber cumplido su palabra comprometida y empeñada ante el Mandatario venezolano cuando lo visitó en Ciudad del Vaticano, el 17 de junio de 2013, para abogar por el reconocimiento oficial al Santo de los Pobres tras más de medio siglo de trámites frustrados.
“¡Qué felicidad siento de que 8 años después, prácticamente, ahora el 30 de abril se hará la misa de beatificación de José Gregorio Hernández!. ¡Qué felicidad, porque como el pueblo venezolano, me declaro devoto, seguidor y creyente de nuestro Santo y Siervo de Dios!”, expresó este domingo, durante una alocución presidencial.
Al recordar aquel primer encuentro oficial con el Papa Francisco en Roma, en junio de 2013, el Jefe de Estado destacó que durante la reunión privada le solicitó encarecidamente reanimar aquel proceso que estaba paralizado.
El engorroso proceso administrativo para dar reconocimiento al Santo venezolano comenzó en la década de 1940 del siglo XX, y aunque siempre se informaba que muy pronto se haría la reivindicación religiosa, por diversos motivos siempre quedaba frustrada la esperanza del pueblo venezolano a lo largo del siglo pasado.
Pero en aquella reunión entre el Presidente Bolivariano y el Papa argentino, durante la actividad pública frente a los medios de intercambio de presentes, el Jefe de Estado recibió con cariño los obsequios papales y le entregó a sdu vez varios presentes, entre ellos una estatuilla del Siervo de Dios con un mensaje especial.
“Cuando me correspondió darle el regalo, le dije: Papa Francisco, le traigo desde Isnotú, las montañas andinas de Venezuela, esta estatuilla de madera, hecha en forma artesanal por las manos del pueblo de Trujillo, como regalo y símbolo”, recordó sobre sus palabras de aquel momento.
“Como regalo del pueblo de Venezuela y como símbolo del Santo de los Pobres, de la fe que tenemos que algún día se destrabará el proceso para reconocer y graduar como Santo a José Gregorio Hernández”, reiteró.
Al terminar estas palabras y darle en sus manos la estatuilla del Santo médico venezolano, el Papa Francisco admiró la sencilla escultura con la imagen sagrada y ratificó ante el presidente Maduro su palabra comprometida, de que él en persona estudiaría el caso para reanimar el trabajo inconcluso de hacerle justicia al médico de los pobres de Venezuela.
El Mandatario venezolano celebró aquel encuentro milagroso con el Papa en su visita oficial a Roma, y así como los milagros de José Gregorio Hernández, esta es otra evidencia de su poder.
“Hemos estado ayudando y apoyando en todo lo que sea útil y necesario a la iglesia católica, en la preparación de este evento esperado por el pueblo venezolano durante décadas: la beatificación de José Gregorio Hernández. ¡Por fin lo logramos, llegó el 30 de abril”, dijo.
“Tiene que ser un acto de amor, porque solo el amor puede hacer los milagros. Acto de amor y recuerdo a uno de los venezolanos más grandes que hemos tenido”, insistió sobre la ceremonia oficial que se realizará en Caracas.
Hizo un llamado al pueblo venezolano a observar y seguir la ceremonia por los medios y redes y convertir cada hogar en un templo de oración, para cumplir con las medidas de bioseguridad por la pandemia, en vista que los actos oficiales se harán de manera restringida.
“Un acto de unión en la oración en José Gregorio Hernández, ése es mi llamado para que el 30 de abril elevemos nuestra oración y recibamos las bendiciones del Siervo de Dios, el Santo del pueblo de Venezuela, el santo de los pueblos. José Gregorio Hernández, llegó el días, sabíamos que llegaría”, dijo al ratificar que la Revolución Bolivariana siempre estará del lado de la devoción popular.
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