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Foto: Archivo
Era 26 de marzo, pero de 1994, cuando el comandante Hugo Chávez salió de la prisión en Yare, estado Miranda, para devolverle la esperanza al pueblo venezolano y emprender el camino para acabar con la injusticia y la corrupción de los gobiernos de derecha que tenían años en el poder.
Luego de permanecer preso 2 años a raíz de la rebelión militar que comandó el 4 de febrero de 1992, tras las medidas neoliberales impuestas por el gobierno de Carlos Andrés Pérez, Chávez salió victorioso junto a un pueblo que logró entender un “Por ahora”, que quedó marcado en el corazón de los venezolanos, era la ruta y decidió apoyar fervientemente al líder de la Revolución Bolivariana.
Líder visionario, el Comandante siempre mantuvo su convicción revolucionaria, y cuando salió de la cárcel solicitó al pueblo la formación de un gran frente nacional y anunció que el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 tomaría la calle para luchar por la transformación estructural del país.
Al día siguiente de su liberación el Chávez asistió al Panteón Nacional a colocar una ofrenda floral a Simón Bolívar, “Estamos aquí porque seguiremos luchando por la dignidad del pueblo venezolano”, señaló.
Aquel 26 de marzo el Chávez expresó: “Me voy a las catacumbas a acompañar al pueblo”. Tras esa promesa comenzó su recorrido a cada rincón del país llevando un mensaje de amor, paz y profundo cambio revolucionario rumbo a la conquista de la victoria popular.
Con el Mazo Dando