Opinión / Noticias

2.Nov.2020 / 12:27 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

José Garcés

Mercado de San Martín, la gente tímidamente guardando las medidas de bioseguridad. En un cruce de pasillos,  el rostro compungido de una mujer visiblemente impactada por los precios de los víveres, y de sus sus labios un sentido ¡COÑOOOOOO!…

La conversación que escuché fue tonante y quejumbrosa, pero con un desenlace de esperanza, como si una revelación divina hubiera dado una llave de liberación a su acompañante, quien con una frase puntual marcó un camino de redención.

Las dos vestían franelas alusivas al presidente Maduro, una de ellas tenía una gorra roja, y sus palabras brotaron desde el fondo de su alma, con sencillez, con humildad, con verdad:

–¡COÑOOOOOO! ¿Cuándo se acabará esta amargura?–

Dijo la una

–Si no sacamos a esa gente…  ¡Nunca!–Sentenció la otra con la sabiduría popular de quien no entiende los conceptos de Guerra de sexta generación pero la sufre.

Lo dedujo con la intuición de quien no sabe cuántos tanqueros de gasolina han sido confiscados por las fragatas estadounidenses, pero sí que vive, padece, sus consecuencias.

Lo concluyó con el conocimiento de quien sabe que toda respuesta madura y efectiva debe incluir un “nosotros”.

El Dalai lama nos dice que “No hay solución individual”.

Madurez política

La conducta de queja es lo que nos sorprende y expresamos a viva voz, muestra nuestra inconformidad y refleja la personalidad infantil;  pero resulta inútil porque no tiene ningún efecto y no soluciona nada.

Por otra parte, la madurez lleva implícita una acción evaluativa. Ya no se trata de expresar los contenidos emocionales y decir ¡Coño! o ¡Nnnnná Guevoná! y seguir pagando los precios alucinados que tienen los productos en el mercado. No. La madurez tiene una visión prospectiva, tiene un curso de acción que se desarrolla de acuerdo a un plan.

La madurez política comienza por reconocer que cualquier cosa que hagamos en la sociedad tiene necesariamente que tener incorporados a los otros, ya que no estamos solos en la sociedad.

La conducta de queja que es una conducta inmadura, se basa en el sentido de soledad, y se desprende de creer que “yo estoy solo en este mundo”.  Mientras que la conducta política madura se basa en la “comunión” entre todos los miembros de la sociedad. La madurez nos hace darnos cuenta que los problemas que yo tengo son los mismos problemas que tiene mi vecino, pues él compra los tomates en el mismo mercado y al mismo precio donde yo los compro.

Es un error gigantesco creer: “yo tengo que enfrentar solo los  problemas en la sociedad”, pero así fue que nos entrenaron. La dominación nos hizo creer que somos seres individuales cuando la realidad es que somos seres individuales y colectivos al mismo tiempo. Por un lado somos individuos y por otro lado somos colectivo, y somos colectivo porque todos estamos interconectados, todos estamos indisolublemente vinculados.

Este conocimiento ya lo tenían los antiguos mayas que se saludaban diciendo “In Lak’ ech” (Yo soy otro tú), y el otro respondía: “A Lak’ i” (Tú eres otro yo).

Por eso el Dalai lama insistía en que no hay solución individual, porque si “Yo soy otro tú”, y yo te hago daño a ti, en realidad me estoy haciendo daño a  mí mismo.

Ahora ya tenemos otra razón para no permitir que una oposición desquiciada siga en la Asamblea Nacional (AN). Con todas las sanciones y sabotajes que han logrado –según ellos– contra el chavismo, en realidad están destruyendo a todo un país, inclusive a su misma gente.

Tal vez el pueblo no conozca en detalle el funcionamiento del Estado ni el equilibrio que debe existir entre los 5 poderes públicos,  pero sabe que cualquier espacio cedido a la derecha es “cuchillo pa’ su pescuezo”.

Brillantes economistas estarán de acuerdo en que no habrá receta económica que funcione si se permite que esta derecha enloquecida y antivenezolana controle la Asamblea Nacional.

Una respuesta adulta y madura a este problema en que se ha convertido la actual Asamblea Nacional implica que comencemos a darnos cuenta de que estamos INTER-CONECTADOS y que NO HAY SOLUCIÓN INDIVIDUAL. Por eso la profundamente inteligente respuesta de aquella mujer en el mercado a la pregunta ¡Coooño! ¿Cuándo Se acabará esta amargura?:

–Si no sacamos a esa gente…  ¡Nunca!

psicogarces@gmail.com

 

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación. Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos. Si quiere expresar alguna queja, denuncia, solicitud de ayuda u otro tema de índole general por favor envíe un correo a contacto@psuv.org.ve