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Un artículo publicado el día de ayer en el medio El Espectador de Colombia reflejó la incertidumbre e intranquilidad de los habitantes de Cúcuta tras los hechos violentos promovidos por la oposición en los puentes fronterizos de Simón Bolívar y Santander durante los últimos días.
La presencia de encapuchados armados y los llamamientos para una intervención militar han generado preocupación y rechazo en la ciudadanía, que ve perturbada su vida cotidiana. Entrevistada por el medio, Estela Sánchez, dueña de un restaurante en el Barrio Latino, expresó: «Claro que queremos que las cosas mejoren, pero no así», refiriéndose a la violencia generada en la frontera que ha afectado su negocio. «Desde el sábado estamos con los nervios de punta. Porque pedir una guerra desde afuera es muy fácil, pero nosotros somos los que vamos a llevar del bulto», complementó la comerciante.
No es lo mismo una guarimba en Venezuela que en Colombia. Este artículo de El Espectador recuerda que para el hermano país el simbolismo del encapuchado genera rechazo popular pic.twitter.com/fpqUlTKJEK
— Rafael Uzcátegui (@fanzinero) 27 de febrero de 2019
La publicación del medio en cuestión expresó también la polarización en Cúcuta a raíz de los llamados a la intervención por buena parte de la dirigencia opositora: mientras algunos migrantes venezolanos ven esta acción como una solución final, a los residentes de Cúcuta les preocupa que los costos y consecuencias de dicha propuesta recaigan sobre ellos.
Misión Verdad