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Por Eduardo Piñate R.
La convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente a la realización de elecciones presidenciales para el primer cuatrimestre de este año, descolocó –otra vez- a la contrarrevolución dentro y fuera del país. Durante 2016 y 2017 estuvieron exigiendo la realización de elecciones, la consigna principal de los meses de violencia terrorista y fascista que desataron en esos años fue elecciones ya. La respuesta del presidente Nicolás Maduro y de las fuerzas de la revolución fue que las presidenciales serían en el año 2018.
Convocadas las elecciones, el gobierno imperialista de Donald Trump y sus aliados de la Unión Europea y el Grupo de Lima, con el activo concurso de los sectores más fascistas de la derecha venezolana, torpedearon el diálogo convocado por el presidente Nicolás Maduro antes de que este se instalara en República Dominicana y trabajaron por descarrilarlo e impedir que se llegara a acuerdos una vez que este se instaló. Como se sabe, el frente contrarrevolucionario logró el objetivo de impedir la firma del acuerdo por los representantes de la derecha cuando este ya había sido logrado con el concurso del presidente Danilo Medina, el ex presidente José Luís Rodríguez Zapatero y los Cancilleres de varios países del continente.
Mientras nosotros seguimos avanzando hacia las elecciones del 22 de abril y la candidatura de Nicolás Maduro suma apoyos, el imperialismo mueve sus piezas reforzando la presencia de fuerzas militares de Colombia y Brasil en las fronteras con Venezuela y maniobras migratorias de esos gobiernos en las zonas fronterizas con nuestro país para sumarle al expediente de la inexistente crisis humanitaria en el país. La gira latinoamericana de Rex Tillerson se propone unificar la acción contrarrevolucionaria para una escalada contra la Patria.
La razón es que tenemos la ofensiva política, social y avanzamos a la recuperación de la economía, ellas marcarán la victoria de Nicolás Maduro el 22 de abril. Seguimos venciendo.
Caracas, 10 de febrero de 2018