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El concepto de normalización de la frontera colombo venezolana va dirigida hacia la transformación profunda y construcción de una nueva área limítrofe, expresó este miércoles el presidente de la República, Nicolás Maduro.
«Para nosotros la normalización es ir a un estado nuevo en la frontera y eso es responsabilidad de todos, de los que me escuchan aquí y en la frontera, es responsabilidad de la familia, el hombre, la mujer, del revolucionario, del patriota, del humanista», indicó el Mandatario Nacional en Consejo de Ministros, desde el Palacio de Miraflores, en Caracas, en transmisión conjunta de radio y televisión.
En este sentido, señaló que una nueva frontera debe estar enmarcada en un estado donde las personas que allí habiten, puedan vivir en paz, sin la presión ni el ataque de paramilitares.
La nueva frontera debe ser un lugar «donde se pueda vivir en paz, con decencia, donde no prive el paramilitar, donde no prive ni domine el narcotraficante, donde se acaben las prácticas mafiosas del secuestro, descuartizamiento, de eslavismo sexual (…) esto lo tiene que hacer un pueblo en unión cívico militar», señaló el presidente Maduro.
El 19 de agosto, luego de que tres efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) resultaran gravemente heridos por grupos paramilitares en la frontera en acciones para frenar el contrabando de productos venezolanos, el presidente Maduro decretó estado de excepción en municipios fronterizos del estado Táchira. El 21 de agosto, la medida se hizo permanente y se extendió a los estados Zulia y Apure.
La medida pretende restablecer el orden en las poblaciones fronterizas mediante el diálogo bilateral y acciones concretas.
Tras la reunión en Ecuador, y el acuerdo bilateral alcanzado entre Venezuela y Colombia para construir una nueva frontera, se realizó posteriormente una primera reunión de trabajo en Caracas entre varios representantes ministeriales del ambos países.
El objetivo es avanzar en los siete puntos acordados entre Caracas y Bogotá que contempla, además del retorno de los embajadores a cada país, el impulso progresivo de la normalización de la frontera, la promoción de una coexistencia armónica entre los modelos económicos, políticos y sociales de cada país, así como un llamado a la hermandad y la unidad.