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Por Jacqueline Faria Pineda
jfaria@psuv.org.ve
Los modelos de desarrollo urbano que imperaron durante el siglo XX, fomentaban una relación paradójica entre la producción de recursos y su consumo: las regiones con mayor capacidad para consumir no son las que cuentan con fuerza y recursos para la producción.
Ideas como la desconcentración poblacional y la necesidad de autosustentabilidad de las ciudades no formaban parte de los planes nacionales, y es por esto que, Venezuela, heredó de períodos anteriores una marcada tendencia hacia la centralización del consumo hacia las ciudades principales. Y el caso de la energía eléctrica, es un claro ejemplo pues nuestra capital, es una zona con un alto consumo eléctrico cuyas condiciones le impiden generar capacidad de autoabastecimiento.
Actualmente Caracas "importa" la energía eléctrica que consume pues el 70% de la generación nacional proviene de los sistemas hidroeléctricos emplazados en Guayana; que, en el caso del distrito Capital aportan 1600 mv, frente a una demanda máxima que para septiembre de 2009 fue de 2200 mv. De este modo dependemos, en gran medida hoy en día, de la energía transmitida a través del Sistema Interconectado Nacional.
Ante esta realidad y la situación de sequía que afecta a nuestro país, se han generado un conjunto de medidas contempladas en el plan para el uso racional de los servicios públicos, y l@s servidor@s públic@s hemos sido convocad@s a dar el ejemplo: la implementación del horario especial de funcionamiento en nuestras dependencias es un llamado a nuestra voluntad, disciplina y capacidad de organización. Sin embargo éste es un llamado extensivo a toda la ciudadanía capitalina, pues contribuir con los planes de ahorro energético es una responsabilidad de todas y todos. Así, haremos de Caracas una ciudad sustentable, una ciudad solidaria, una ciudad socialista.
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Debemos reaprender qué son los Servicios Públicos